¿De dónde viene el Bobtail?
Esta raza
de perros parece tener su origen en un cruce de numerosos perros pastores.
Desciende de mastines italianos. También es posible que se cruzase con el
pastor de Brie. Estos grandes perros de duro y abundante pelaje parecían no
temer a nada y demostraban reunir cualidades de protección y trabajo. Estos
resultados motivaron a la gente de antaño a continuar su búsqueda hasta lograr
afianzar cualidades, obteniendo razas de perros que fueran de trabajo dual.
Fuertes, valientes y arrojados, conjuntamente con las cualidades de los perros
pastores, son eficaces en arrear y controlar rebaños y vacunos, de trato gentil
y obedientes con el hombre.
Entre los descendientes de estos perros se pueden
mencionar entre otros al Viejo Pastor Inglés, distribuido en una gran extensión
entre la Rusia Oriental y Gran Bretaña. La primitiva función de este
enternecedor animal fue la de pastor. Sus características de capa le hacían
apto para soportar la intemperie británica. En la actualidad sus
características de pastor de ovejas la ha extrapolado a pastor de familia,
siendo una niñera excelente y cuidando de toda la familia.
En 1888 se estableció, en el Reino Unido, el
primer club de esta raza.
¿Qué aspecto tiene el Bobtail y cómo se comporta?
Los perros pastores tienen un trabajo que cumplir,
ayudar a sus dueños a atender a sus animales y protegerlos. Como resultado
estos perros tienen un carácter muy especial, suave, en los que se pueden
confiar, dejando entrever además un temperamento valiente y decidido.
Evidentemente, el hombre en estrecha colaboración con su perro forma un equipo,
respondiendo el animal con resoluciones casi humanas, responsables. Los hombres
de antaño que manejaban estos corpulentos perros sabían positivamente lo que
podrían esperar de éstos, ya que para los ganaderos de Inglaterra y Escocia,
sus requerimientos primordiales, al igual que los hombres en la antigüedad,
eran condiciones de trabajo y valentía, inteligencia, agilidad y robustez, por
lo que las crías se orientaban hacia esa finalidad. Eran perros dóciles,
amables, de buen carácter, aunque en la necesidad de defender, asomaba en ellos
toda la agresividad de sus antepasados.
Su sentido del deber se observa no sólo con los
humanos sino también con los animales a su cuidado respetándolos sin
avasallarlos, imponiéndoles su personalidad pasivamente y obteniendo una
respuesta obediente sin quebrar ese equilibrio indispensable que debe existir
entre hombre-perro-ganado. Son perros de carácter muy dócil, cariñosos con el
hombre, aunque posesivos. Sumamente obedientes responden muy bien al
adiestramiento. No son pendencieros con otros perros, a los cuales parecen
ignorar y su fidelidad es absoluta.
Su trato con los niños es a la vez de juguetón,
protector, de manera que siempre cumple la doble función de jugar y vigilar. Si
un extraño se acerca a algún miembro infantil de la familia, puede ponerse muy
protector llegando a gruñir y a atacar la intruso si este daña a algún niño. Siempre
que tenga numerosas salidas y pueda dar rienda suelta a su necesidad de hacer
ejercicio
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